domingo, 28 de noviembre de 2010

El cadáver exquisito

El llamado cadáver exquisito es un método aleatorio de obtención de ideas que ya usaban los surrealistas allá por 1925. Es de participación colectiva, y consiste en que uno de los miembros del grupo escriba (o dibuje, etc. puede hacerse de muchas formas, incluso se ha llegado a realizar uno en forma de composición musical) cualquier cosa que se le ocurra, se lo pase a otro miembro y que escriba otra cosa que esté relacionado con ese primer mensaje. La gracia es que, a partir de ahora, el resto de miembros deberán continuar la cadena sin ver los mensajes que se han escrito antes del suyo, sólo el que tiene más próximo. De esta forma, queda como resultado final una “obra” que en ciertas partes puede tener cierta continuidad y lógica y en otras ser lo más surrealista y raro que nos podamos imaginar.
Un cadáver exquisito dibujado

Se conoce con este nombre debido a que esa fue la primera expresión que se escribió la primera vez que se puso en práctica este método. La frase en cuestión era: “Le cadavre exquis boira le vin nouveau” (“El cadáver exquisito beberá el vino nuevo”). Asiduos de este juego fueron personalidades como André Bretón o Tristán Tzara, ligados corrientes surrealistas y partidarios de que los aportes de ideas creativas debían ser grupales y lo más intuitivos posibles. Incluso hace unos días, el director de cine Tim Burton ha comenzado un cadáver exquisito en Twitter partiendo de un cuento sobre su personaje Stainboy (el Chico Mancha) susceptible a dársele continuidad.

El cadáver exquisito de Burton

Podéis ver más información aquí:

http://alt1040.com/2010/11/tim-burton-inicia-un-gran-cadaver-exquisito-en-twitter

http://www.timburton.es/2010/11/21/%C2%BFquieres-continuar-una-historia-de-tim-burton/

Para acabar, dejaré puesto el cadáver exquisito que sacamos en clase. Y sí, fui yo el que dijo lo de las palomas arranca-ojos, lo único que ahora vuelto a hacer mi frase porque me expresé fatal en el momento en que la escribí xD, en realidad lo que vereis era lo que quería decir:

Era una cuidad un tanto fantasmagórica, todo daba miedo y el pino no paraba de temblar. Las raquíticas ramas de los árboles se quemaban con facilidad, mientras una densa niebla se formaba en torno a mí. El frío entumecía mis músculos y mis ideas. Entonces vi la cara de un león, pero lo que importaba no era el destino, sino el camino recorrido. Por lo pronto, encontré un lugar para alojarme. Era una broma. Las avenidas se ramificaban ausentes, mientras yo caminaba y pensaba en lo que me habían dicho antes: el pájaro es la clave. Si lo pierdes de vista, no habrá nadie quien te guíe. Por esto perdí a mi mejor amigo en la Guerra. Así que fui corriendo hacia la gente, y de repente vi algo que me dejó perplejo: un hombre haciendo el pino rodeado de palomas. Ellas le rodeaban y al piar organizaban un escándalo grotesco, aguardando para arrancarle los ojos. Pero él sabía que no lo lograrían, ya que eran de cristal. Así que le robó el sharingan, porque era algo muy típico de su familia.

Mi familia era de una época muy antigua. Me la traje en uno de mis viajes al pasado. Era la primera vez que viajaba a esta época, pero iba acompañado por ella, así que estaba tranquilo. Un extraño sentimiento se apoderó de su ser. Y no sabía por qué, pero se encaminó a la estación con las manos vacías y sin rumbo fijo, sólo viajar. Metió sus lápices de colores y sus acuarelas en la maleta y empezó a caminar. No pesaba mucho, pero le costó tirar de la maleta, como si llevase mil piedras dentro. Pese a todo, decidí que ya no importaba. Podía soportar lo que me echaran, porque me sentía feliz: estaba a su lado, con su sonrisa, su voz tan calurosa… le quería y no importaba nada. Y fue en ese apogeo sentimental momentáneo que estaba sintiendo cuando afrontó la verdad que no quería creer. Ahora ya creía en todo y entonces sí que podría soportar lo que le echaran por siempre jamás.

sábado, 27 de noviembre de 2010

La lista de atributos: un método de interrelación de ideas

La mente del ser humano opera con ideas. Éstas son combinaciones de elementos que dan lugar a conceptos concretos. Por ello, una buena forma de llegar a conocerlas completamente es “despedazar” uno de esos conceptos para obtener elementos mínimos que recombinar entre sí, y de esta forma poder descubrir qué parte concreta es aquella en que nos interesa incidir.

Un concepto se compone de muchas ideas que resulta interesante ir desgranando.

Se deben considerar todos los atributos del objeto (también es aplicable a los conceptos abstractos), los cuales han de quedar registrados en una lista. No deja de ser un modelo apropiado si lo que se pretende es tener una visión esquematizada del concepto para una mejor organización.

Los enfoques pueden ser tan diversos como los participantes deseen. Se pueden hacer listas de características físicas, usos, sinónimos, antónimos, partes, connotaciones, puntos fuertes, débiles, etc.

Fases:

0. Como siempre, establecer el problema y los criterios de evaluación.

1. Dividir en unidades mínimas, atributos.

2. Elegir sobre qué unidades trabajar, ya que no se pueden trabajar en todas a la vez. En esta fase se van resaltando sus funciones, etc.

3. Trabajar creativamente sobre esas unidades, generándose ideas libremente.

4. Comprobar si los resultados son satisfactorios según los criterios establecidos.

5. Si no fuera así, sería necesario repetir el proceso.

En clase trabajamos sobre la idea de “paraguas”, con el fin de ver qué es lo que podríamos cambiar y/o mejorar del mismo. Mi identificación de partes de este objeto y división de las mismas en grupos fue la siguiente:
  • Material: tela/madera/metal
  • Forma: curvada (mango)/alargada (barra)/ estrellada (visto desde arriba y abierto)
  • Función: mango (agarrar)/barra (sostener)/ tela (parar el agua)
  • Atributos: portátil, grande/pequeño (puede ser replegable), de colores o negro, impermeable…

    Mientras otros hacen divisiones hiper-específicas, nosostros coincidimos en la tendencia a dividirlo en tres partes acordes con su función: una empuñadura, un bastón, y la tela (la cual incluye las varillas de metal en su estructura).

En la puesta en común junto con mis compañeros Daniel Martínez y Daniel Reizábal, sacamos las siguientes conclusiones, con el objetivo de mejorar dicho objeto (se denota que pensábamos más que nada en los materiales del objeto):

1. Las varillas casi siempre es lo que se primero se rompe en los paraguas, antes que la tela en sí, por lo que proponemos que sean de un plástico resistente en lugar de metal y que sean más fácilmente reparables, que existan repuestos que se vendan junto al paraguas.

2. En muchas familias, los paraguas son motivo de distinción de algún miembro de la familia, por razones de tradición, etc. Normalmente son identificables por detalles del mango, como los relieves, así que es buena idea que estas empuñaduras sean personalizables y/o intercambiables: así, si se estropea el paraguas y quedase aparentemente inutilizado, se le podría poner a otro y así se poder ser conservadas.


Hay empuñaduras que marcan estilo

3. Estaría bien que las varillas acabaran dentro de la tela: es muy frecuente que los picos de las varillas que sobresalen de la tela se choquen con otros elementos externos, así que proponemos un modelo de paraguas que, por consiguiente, sería completamente circular, en lugar de estrellado.