sábado, 27 de noviembre de 2010

La lista de atributos: un método de interrelación de ideas

La mente del ser humano opera con ideas. Éstas son combinaciones de elementos que dan lugar a conceptos concretos. Por ello, una buena forma de llegar a conocerlas completamente es “despedazar” uno de esos conceptos para obtener elementos mínimos que recombinar entre sí, y de esta forma poder descubrir qué parte concreta es aquella en que nos interesa incidir.

Un concepto se compone de muchas ideas que resulta interesante ir desgranando.

Se deben considerar todos los atributos del objeto (también es aplicable a los conceptos abstractos), los cuales han de quedar registrados en una lista. No deja de ser un modelo apropiado si lo que se pretende es tener una visión esquematizada del concepto para una mejor organización.

Los enfoques pueden ser tan diversos como los participantes deseen. Se pueden hacer listas de características físicas, usos, sinónimos, antónimos, partes, connotaciones, puntos fuertes, débiles, etc.

Fases:

0. Como siempre, establecer el problema y los criterios de evaluación.

1. Dividir en unidades mínimas, atributos.

2. Elegir sobre qué unidades trabajar, ya que no se pueden trabajar en todas a la vez. En esta fase se van resaltando sus funciones, etc.

3. Trabajar creativamente sobre esas unidades, generándose ideas libremente.

4. Comprobar si los resultados son satisfactorios según los criterios establecidos.

5. Si no fuera así, sería necesario repetir el proceso.

En clase trabajamos sobre la idea de “paraguas”, con el fin de ver qué es lo que podríamos cambiar y/o mejorar del mismo. Mi identificación de partes de este objeto y división de las mismas en grupos fue la siguiente:
  • Material: tela/madera/metal
  • Forma: curvada (mango)/alargada (barra)/ estrellada (visto desde arriba y abierto)
  • Función: mango (agarrar)/barra (sostener)/ tela (parar el agua)
  • Atributos: portátil, grande/pequeño (puede ser replegable), de colores o negro, impermeable…

    Mientras otros hacen divisiones hiper-específicas, nosostros coincidimos en la tendencia a dividirlo en tres partes acordes con su función: una empuñadura, un bastón, y la tela (la cual incluye las varillas de metal en su estructura).

En la puesta en común junto con mis compañeros Daniel Martínez y Daniel Reizábal, sacamos las siguientes conclusiones, con el objetivo de mejorar dicho objeto (se denota que pensábamos más que nada en los materiales del objeto):

1. Las varillas casi siempre es lo que se primero se rompe en los paraguas, antes que la tela en sí, por lo que proponemos que sean de un plástico resistente en lugar de metal y que sean más fácilmente reparables, que existan repuestos que se vendan junto al paraguas.

2. En muchas familias, los paraguas son motivo de distinción de algún miembro de la familia, por razones de tradición, etc. Normalmente son identificables por detalles del mango, como los relieves, así que es buena idea que estas empuñaduras sean personalizables y/o intercambiables: así, si se estropea el paraguas y quedase aparentemente inutilizado, se le podría poner a otro y así se poder ser conservadas.


Hay empuñaduras que marcan estilo

3. Estaría bien que las varillas acabaran dentro de la tela: es muy frecuente que los picos de las varillas que sobresalen de la tela se choquen con otros elementos externos, así que proponemos un modelo de paraguas que, por consiguiente, sería completamente circular, en lugar de estrellado.

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